Es en el año 54 cuando las mujeres hacen sonar su lucha
para formar parte de este país, sí, formar parte de las estructuras que nos
llevan a ser tomadas en cuenta en la toma de decisiones políticas de nuestra
Honduras. Hace 61 años que tenemos la oportunidad de hacernos sentir como seres
humanos capaces de llevar nuestro futuro y destino de la forma que anhelamos y
merecemos.
Las mujeres
hemos incursionado en diferentes áreas de la sociedad pero hemos dejado la
parte emprendedora en los negocios a un lado. Siendo un 51% de la población
nacional sólo un aproximado de 70,000 féminas han formado un negocio propio en
las áreas tradicionales de la producción y el comercio en el país, aunque
existen organizaciones que nos apoyan aún no formamos parte de esa comunidad
emprendedora que se gesta a nivel nacional.
En el siglo
XXI se abren nuevas oportunidades en el campo del emprendimiento tecnológico, la
innovación y el comercio, los cuales traspasan fronteras que nos permiten
llegar a poblaciones nacionales e internacionales sin importar la localidad,
pero encontramos que en este rubro las mujeres formamos parte de un casi nulo
porcentaje de participación en el área, y las que participan no parecen
concretar sus ideas de negocio ya que aparece ese fantasma que cargamos
culturalmente por ser mujeres, ese que nos dice: “eres mujer y no puedes
hacerlo”.
Jóvenes mujeres en una sesión de Thinkers and
Makers haciendo uso de herramientas tecnológicas como Littlebits para hacer sus
prototipos de sus ideas que tienen potencial para ser futuros negocios.
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El mundo
Aunque desde
el siglo XIX las mujeres han tenido participación en el área de la tecnología
hemos sido escondidas y hemos pasado al olvido como Ada Lovelace una
pionera de la computación, quien escribió los primeros códigos de programas computacionales
y en el siglo XX la profesora Estephanie Shirley tuvo que adoptar un nombre de
hombre (Steve) para poder tener éxito en el rubro del software.
Nuestra realidad
Desde que
somos unas niñas nos han enseñado que las mujeres somos buenas en las artes, en
la docencia y muy buenas amas de casas, lo que no deja espacio para pensar en
que podemos ser excelentes programadoras, que nos guste la robótica o que podamos
ser tan buenas en la mecatrónica o la electrónica y menos ser dueñas o podamos
manejar una empresa tecnológica.
En Honduras
las mujeres escogen carreras universitarias relacionadas con la pedagogía, psicología,
gerencia de negocios, mercadotecnia, medicina
o el derecho, dejando de lado las ingenierías por ser carreras “para hombres”.
Oportunidades
Pero no todo
es negro para nosotras, existen comunidades y eventos de emprendimientos tecnológicos
como Thinkers and Makers, Impact Women,
StartUp WeekEnd, AngelHack, Honduras StartUp, Women do Tech, entre otros, quienes
buscan la participación activa de las mujeres.
Tenemos la
oportunidad de hacernos sentir y apoyar la economía de nuestro país a través de
nuestro trabajo y nuestra creatividad, y si incursionamos en la tecnología y la
infraestructura que es hacia donde apunta el desarrollo de ésta nación podríamos
ser quienes muevan la economía de forma creciente.