Honduras, es
catalogada como el país más violento del mundo, donde San Pedro Sula y Tegucigalpa, ocupan el primer y cuarto lugar como ciudades más violentas.
Aproximadamente
el 68 por ciento de la población hondureña somos jóvenes, pero desafortunadamente, la
mayor cantidad de víctimas y victimarios son jóvenes también, dándose así, el fenómeno
del cuadro invertido, donde ya no son los hijos los que entierran a los padres,
sino que, son los padres los que entierran a los hijos.
Según el código
de la niñez, se es niño hasta los 18 años, y el código de la juventud nos
declara jóvenes hasta los 30 años. ¿Cómo es posible entonces que tanta gente
entre esas edades, sea la más afectada en el tema de la violencia?
Muchos de
los crímenes; denomínesele, robo, extorsión, posesión de armas, asociación ilícita,
asesinato, tráfico de drogas, posesión y consumo de drogas, violaciones, violencia
intrafamiliar, homicidios, son cometidos por infractores de la ley, menores
entre los 10 y 18 años.
6,835 niños
han sido procesados desde el 2009 hasta el 2013, por todos los delitos arriba
mencionados, estos sin contar con todos aquellos que no hemos denunciado, y que
tienen a comunidades enteras en zozobra.
La criminalidad
se lleva en sus corrientes, cientos de niños y jóvenes. Grupos antisociales,
bandas y redes criminales, son los que reclutan a estos menores por no ser
castigados por la ley, convirtiéndolos en banderas, asaltantes y sicarios. En
el 2013 cada cinco días un menor segó la vida de otra persona.
Los niños y jóvenes no pueden purgar penas mayores a ocho años de privación
de la libertad y deben de ser llevados a centros de rehabilitación, como: El
Carmen, Sagrado Corazón, renacimiento y Jalteba. Los menores de 12 años son
imputables.
En estos
centros no se encuentran las medidas necesarias para que estos niños y jóvenes sean
rehabilitados, convirtiéndose más en una escuela del crimen que en un centro de rehabilitación
social.
El tema en
el congreso es ¿reducimos la edad punible o cual es el problema?
Como
siempre, el problema en Honduras no son las leyes, sino quienes la ejecutan, el
mantenimiento que se le da a estos centros, y el interés del gobierno central
para mejorar esta situación.
Veámoslo
desde este punto, un niño o joven no puede tomar decisiones, puesto que aún es
menor de edad, sin embargo, las toman. Inducidos por adultos muchas veces, pero quienes al
final las toman son ellos. Acaso ¿No debe uno ser responsable por sus decisiones
y acciones; será que por ser niño o joven no existen las consecuencias de
nuestros actos?
¿No es tan víctima
o no esta tan muerto la persona que fue asesinada por un adulto, como por un
niño o joven? ¿No tenía el mismo valor el dinero que robó un adulto, como el
que robó el niño o joven?
La edad
punible, debe ser menor de 18 años, pero a la par de esta medida, también debe
de haber apoyo a estas instituciones, pues todo ser humano merece una segunda
oportunidad.
Nuestros
gobiernos, central y municipales, instituciones, ONGs, sociedad civil y sobre
todo las familias debemos trabajar en la prevención, pero los que ya cayeron en
lo ilícito, tienen que tener como consecuencia de sus actos, el peso de la ley,
pues la Constitución de la República dice que todos somos iguales ante la ley.
En cuanto a los derechos humanos ¿acaso las víctimas no tenían
derechos humanos; derecho a la vida, a la posesión privada, al libre tránsito,
a tener una familia, a una vivienda, a una vida digna? Pues estos infractores
de la ley, les quitaron esos derechos a sus víctimas y no hubo quien los
defendiera, no hubo derechos humanos para ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario