La Ley de Secretos Oficiales y de
Clasificación de la Información, fue aprobada el 15 de Enero del 2014. Aún no ha sido ratificada por el
ejecutivo, ni publicada en el periódico oficial La Gaceta, por lo que aún no
está en vigencia. (Artículo 1) La ley fue creada para clasificar la
información, sus efectos y las medidas protectoras que se deben
brindar a aquellas materias consideradas
como Clasificadas, Por ser estas de interés para la seguridad, la defensa
nacional y el logro de los objetivos nacionales.
La ley determina quienes son los que
deciden si la información sale a la luz pública, o si esta debe de ser guardada
y tapar con ella la verdadera intención de los procesos. Permitiendo a los
presidentes, gerentes, ministros, etc. a tomar ellos esa decisión de mostrar o
no la información correspondiente. Los cuales pueden ser, (Artículo 3) actos,
contratos, documentos, informaciones, datos y objetos cuyo conocimiento por personas no autorizadas pueda dañar o poner en riesgo la
seguridad, defensa nacional y el logro de los objetivo
nacionales.
¿Qué se esconde realmente tras esta
ley? Como es posible que la ley permita que alguien no de cuentas de lo que
hace, si así le da la gana, mientras comete atrocidades que le roban a la
población, el derecho a la información, y que nuestro dinero que debe ser
utilizado y retribuido en obras que nos beneficien se va como agua entre los
dedos sin que haya una manera de retenerlo, o lo que debería ser, que no se lo
roben.
El tema que nos afecta a los hondureños es usado para cometer otros delitos, todos hablan de seguridad, mientras nos dan circo para entretenernos, durante el tiempo que los políticos se llenan las bolsas y venden nuestra necesidad al mejor postor. En nombre de Dios se han cometido atrocidades, y ahora en nombre de la seguridad nacional debemos permitir el saqueo a nuestras arcas, y también la impunidad a los delitos de cuello blanco.
El tema que nos afecta a los hondureños es usado para cometer otros delitos, todos hablan de seguridad, mientras nos dan circo para entretenernos, durante el tiempo que los políticos se llenan las bolsas y venden nuestra necesidad al mejor postor. En nombre de Dios se han cometido atrocidades, y ahora en nombre de la seguridad nacional debemos permitir el saqueo a nuestras arcas, y también la impunidad a los delitos de cuello blanco.
La ley clasifica la información en
reservado, confidencial, secreto y ultra secreto, dándoles a los directores la
posibilidad de decidir cuándo puede ser revelada la información considerada
como clasificada. Cinco años para reservado, diez años para confidencial,
quince años para secreto y 25 años ultra secreto.
En el artículo 15 habla de los
casos en que no se aplicará la ley y que se tiene que dar información a las
autoridades correspondientes, tales como: presunta comisión de genocidio,
ejecuciones extrajudiciales, torturas, desaparición forzada, violencia sexual
masiva o crímenes de lesa humanidad; pero, ¿qué hay de la corrupción? ¿Pueden
robar sin ningún problema y no habrá quien los detenga?
“Realmente esta ley es un
retroceso”, dijo, Omar Rivera. Y lo es, como es posible que sigamos siendo cómplices de los criminales de
cuello blanco, que sigamos dándole impunidad a quien tanto mal le hace a la
nación.
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