lunes, 27 de enero de 2014

¿Lucha por la paz o vandálismo?



Foto: cortesía de El  Heraldo
A penas el día de antier se inauguró una de las estaciones del transmetro en la capital de Honduras y no duró más de 48 horas luciendo sus mejores galas para engalanar la capital.

 Hoy Libre procedió a dar sus acostumbradas marchas "pacíficas" mostrando su desacuerdo con la decisión de unos pocos o muchos, de que Juan Orlando Hernández tomara posesión como presidente de la República de Honduras. Una protesta con la cual se supone buscan que sus derechos sean cumplidos, peleando por la paz, la justicia y la igualdad.

 Saliendo desde la Universidad Pedagógica Nacional  hacia el Estadio Nacional. Poco duró la pacifidad de sus militantes cuando a inmediaciones del bulevar Suyapa quemaron llantas y mancharon las instalaciones del nuevo medio de transporte capitalino.

Como diría el indio Guancince en la canción folclórica La Sucia, ay Jesús, Jesús que horror!". ¿Cómo es posible que diputados del Congreso Nacional permitan tales atrocidades contra la propiedad del Estado; y lo justifiquen diciendo fueron infiltrados, realmente que a esto ya casi nos estamos acostumbrando. Cada marcha llamada "pacifica" lleva consigo un grupo de "infiltrados", los cuales queman llantas en el pavimento, quiebran vidrios de carros y locales comerciales, manchan paredes de tiendas y propiedad pública, ofenden autoridades y también a la sociedad civil.

Me pregunto que esta pasando, ¿acaso es la poca o mala educación que nos dan en la escuela o son nuestros padres los que están fallando?, solo recuerdo una historia que leí en el libro Escuelita Alegre cuando estaba en 2do grado de primaria, espero la hayas leído y la recuerdes: sí, "La silla, la pared y la mesa" historia que mi papá se encargó que yo no olvidara, enseñándome que debía de cuidar el pupitre donde me sentaba, que la mesa no la debía arrastrar porque sus patas se dañaban y que la pared debía de cuidar porque me protegía. De ahí el dicho: El que mancha sillas, paredes y mesas dá a conocer su torpeza.

El transmetro es de los capitalinos, un medio de transporte que ayudará a descongestionar las concurridas calles de Tegucigalpa, una infraestructura que le cambia la cara a la capital dándole un aire de ciudad moderna, sacándola de la triste apariencia de pueblo sin desarrollo pretendiendo ser ciudad. Pero como si no fuera suficiente también los bulevares sufren las consecuencias al ser atacadas por el fuego que hará que en unos días haya baches que arruinan las piezas de nuestro coches haciendo gastar dinero que no nos sobra, y haciendo que la municipalidad gaste dinero que estaba destinado a otras obras. Pero no parara ahí, nos quejaremos porque el alcalde no hace nada olvidándonos que fueron ustedes los "pacíficos" que arruinaron lo que un día fue bonito.

No es esa la paz que buscamos, no es la justicia que queremos, no es la igualdad que predicamos, porque nos hacemos daño a nosotros mismos, nos separamos cada día mas el uno del otro, dañamos lo poco que tenemos y ponemos a Honduras por el piso.

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 

Dejemos de sembrar odio y rencor, dejemos de pelear por todo y por nada. La paz se construye con paz.

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